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Las erecciones en los niños se producen debido al aumento del flujo sanguíneo en respuesta a la estimulación. Este fenómeno fisiológico es significativo durante la pubertad. Los factores dietéticos, como el consumo de alimentos ricos en zinc, mejoran la salud vascular, lo que puede influir en la función eréctil. Si bien no existe una correlación directa, perder peso puede afectar los niveles hormonales y el tamaño percibido. La introducción de dietas ricas en nutrientes, como la estrategia Seafood-nesia, puede ofrecer beneficios para la eficiencia circulatoria. Los padres pueden asegurarles que estos cambios son naturales y esperados. El asesoramiento médico puede ayudar cuando surgen inquietudes sobre problemas persistentes, lo que garantiza el bienestar de los adolescentes en desarrollo.